Estaba
tomándome un café con una amiga, poniéndonos al corriente de nuestras vidas,
cuando entre de los temas que comenzamos a platicar surgió uno muy interesante,
el cangrejismo ¿lo han escuchado?,
no, no hablo de platillos, ni tiene nada que ver con comida, aunque seguramente
ya lo has vivido (bueno o a lo mejor no porque aquí en México y sobretodo en
Veracruz, mi tierra, casi no se da) el punto es que te ha pasado y no sabes que se llama
así, pues bueno continúa leyendo e identificate.
La
historia del cangrejismo mexicano comienza
con una fábula que va más o menos así:
En
un puesto de mercado en la que había tres cubetas con cangrejos, dos de estas
cubetas estaban tapadas, entonces el cliente que iba a comprar le pregunta al
encargado porque dos de éstas estaban tapadas… -“La respuesta es muy simple”,
dijo el mercader, “verá las dos canastas tapadas son de cangrejos gringos y
japoneses, los tengo tapados porque cuando un cangrejo gringo quiere escalar,
lo hace y salta; la otra cubeta es de cangrejos japoneses, cuando uno intenta
escalar para salir de ésta, los demás lo ayudan organizándose apoyándose unos a
otros hasta que forman una pirámide que sirve como escalera por la cual se
escapa y logra salir… “
-¿Y
la tercera cubeta?
-“¡Ah!,
esa tercera cubeta la tengo descubierta porque es de cangrejos mexicanos,
cuando un cangrejo trata de salir los demás lo jalan hacia abajo y no lo logra”.
¿Es
verdad? Tenemos una cultura cangrejista, que sentencia al campeón, al que
sobresale, que sabotea a aquel que quiere alcanzar su sueño para que sólo encuentre
en quienes le rodean una serie de obstáculos concentrados en un síndrome que demerita
el éxito de otra persona que lo está logrando, con una serie argumentos que minimicen
a toda costa su éxito.
Muchas
veces pasa, acciones buenas son criticadas, sin sentido por esa misma situación,
no importa que hagas, si esta bien porque esta bien, si esta mal porque esta
mal, si es rojo porque es rojo…Bueno, creo que se entiende la idea.
“La gente siempre
hablará de ti, especialmente cuando envidian la vida que tienes, déjalos,
afectaste sus vidas, pero ellos no afectaron la tuya”.
¿Y
si en vez de criticar esa acción pudiéramos reconocerla y tomarla como ejemplo
de éxito y de triunfo para nosotros mismos?
Es
real, es tan cotidiano y pasa en todos lados, y es envidia, que por cierto es una de las emociones más destructivas
para uno mismo, es un sentimiento que no sirve para nada, ni genera felicidad,
todo lo contrario, sólo manifiesta carencia.
Así que cada
vez que sientas que estas generando un ambiente con una carga excesiva del síndrome del cangrejo mexicano, te
recomiendo que recuerdes esta frase:
“La envidia es el
homenaje que la mediocridad le rinde al talento”.
Y definitivamente si quieres destacar te recomiendo que te vayas acostumbrando a la envidia.
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