Este post es literario, cultural y mitológico, aunque no podremos saber que partes eran mitológicas.
El fín de esta entrada es que te dejes llevar por este pequeño fragmento
que me dedique a investigar, abre tu mente a esta pequeña lectura, imagina por unos momentos como era un Guerrero Águila, pero no sólo la parte física.
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Nuestro país, México, es muy rico
culturalmente hablando, en ocasiones desconocemos esa riqueza cultural porque no nos dedicamos a descubrirla, en mi opinión deberíamos, porque nos ayudaría a fortalecer
los valores hacía nuestras raíces.
Esta lectura me encanta, porque
rescata valores humanos que deberíamos aplicar en nuestras vidas, los Guerreros
de los que te voy a hablar eran sumamente leales, valientes y… bueno, mejor
continúa leyendo.
En el México prehispánico existieron
dos grandes e importantes clases de Guerreros, estos, daban su vida por la
protección del Imperio, hubo diete ordenes de guerreros, el Guerrero Serpiente,
Ocelot, Lobo, Venado, Coyote y Chapulin, aunque los más populares: el Guerrero
Águila y el Guerrero Jaguar eran una casta aparte porque eran las verdaderas élites
guerreras.
Sus enseñanzas se dirigían
exclusivamente a descubrir su propio poder, a ver lo invisible, a alcanzar la
muerte como un esfuerzo por el bien de la comunidad y del planeta, no le tenían
miedo a nada.
"Hubo en esta tierra una Orden de caballeros que profesaban la
milicia y hacían voto y promesa de morir en defensa de su patria y de no huir
la cara a diez ni a doce que les acometiesen. Los cuales tenían por dios,
caudillo y patrón al Sol…”
No estaban subordinados, eran
libres, eran nobles y vestían con plumajes y pieles muy costosas, todo el
atuendo representaba al animal al que se adjudicaba la Orden, oro, escudo y
maza con incrustaciones de obsidiana.
Desde que nacían sabían su
destino, el Tonalpowalli era su calendario sagrado de 260 días y representaba
el tiempo de gestación en el vientre de la madre, su caminar por esta tierra y
además un fractal del lapso que demora un rayo de luz en viajar desde el centro
de la galaxia hasta el sol.
Este calendario es el resultado
de multiplicar 20 días (10 dedos de la mano representando el contacto divino) 10
dedos de los pies (contacto con la tierra), por 13 lunas o meses (13
articulaciones o coyunturas principales del cuerpo), interesante, ¿no?.
Pero, ¿cómo se iniciaba un
Guerrero?
Todo ser escogido pasaba estos
cuatro pasos:
1. 'Mazewaliztli' (elección,
merecimiento y preparación).
2. 'Tozoztli' (la agonía,
vigilia).
3. 'Xochimiki' (muerte florida).
4. 'Tlakatia' (nacimiento) o
Izkaltia (resurrección).
'Intlayak ik mo-katzawani in tletlakolli, aya
makizkia'.
Si nadie se hubiera mancillado
con el pecado, nadie moriría.
Su instrucción duraba toda la
vida, se sabe que podían entrar en un profundo estado de meditación permaneciendo
en cunclillas sin moverse, comer o beber durante semanas simplemente esperando
el momento justo para atacar y matar de un golpe al enemigo, creían en ver la
luz de los muertos y obtenían de éstos el conocimiento para usarlo en la tierra
y depositarlos en los secretos y depósitos y secretos del pasado, en la
comprensión del otro lado de la realidad, y con esto les ayudaban a usar mejor
sus cinco sentidos, los guerreros Águila y Jaguar sabían oler, palpar, ver y
probar lo que la madre tierra ofrecía a sus hijos, a los habitantes del
planeta.
Un verdadero guerrero, sabía que
era transmisor de los conocimientos que había adquirido, porque de no hacerlo,
si guardaba esa sabiduría para sí mismo, su sapiencia se echaba a perder dentro
de su ser.
El verdadero guerrero Águila o
Jaguar no buscaban ni tenían control sobre otros seres humanos, solamente
tenían control sobre sí mismos.
La leyenda de la abuela
Cuenta la leyenda que de cinco
masas y cuatro atoles están hechos los hombres, es un simbolismo de las cinco razas
que existen en la tierra comparados con los cinco diferentes colores del maíz:
Blanco
Amarillo
Rojo
Negro
Azul
Y los cuatro atoles son los colores
intermedios.
En esta leyenda, existe un “bastón”
llamado Áxtil, éste bastón es dado al Guerrero y viene un texto muy
interesante:
"Yo poseo la nada; más si mi
abuela me diera un bastón, podría voltear la Tierra al revés, cristalizar el
cielo y vivir eternamente".
El 'Áxtil es corto y sagrado
puesto que no debe tocar el suelo. Represente el fuego sagrado que asciende por
la espina dorsal, llega a la pineal y luego desciende a la base de la nariz,
hasta llegar al corazón.
Entre los “nawas” existió un
complejo de percepciones de las que se concibió el cosmos a través del modelo
corporal, e inversamente, esto explicó la fisiología humana en función a los
procesos generales del universo.
El cuerpo humano es núcleo y
vínculo general con el Cosmos, nuestro cuerpo es el centro de nuestras
percepciones, receptor y transmisor de nuestros pensamientos, principio de
nuestra acción, víctima de nuestras emociones y pasiones.
Es muy interesante porque las
concepciones y percepciones de la Naturaleza y el Cosmos guiaron y dieron
justificación al comportamiento del pueblo de esas épocas, nuestros antepasados
conocieron valores eternos y que podríamos revivir para ser mejores personas,
ellos por ejemplo concebían a cada ser humano como el centro de su propio
universo personal y éste tiene que respetar a los demás universos, buscaban la
perfección del espíritu, usaban la naturaleza con ternura y delicadeza.
¿Entonces como es un Guerrero?
Un Guerrero controla sus
emociones, se equilibra, se conoce, sabe cuándo actuar, comparte su
conocimiento, es implacable cuando debe serlo, se concentra, es auténtico, es
leal y es valiente, porque no le teme a nada, lucha y vence, un guerrero es
impecable, libre, fluido, imprevisible, no tiene rutinas, no tiene historia, no
tiene apegos, pierde la importancia personal.
Un Guerrero sufre daño, pero no
ofensa, es decir, no hay nada ofensivo en los actos o las palabras de los demás
mientras el mismo este en el ánimo correcto.
Un Guerrero debe hacerlo todo
como si fuera su última batalla sobre la Tierra.
Un Guerrero va al encuentro de sí
mismo dando gracias por todo lo pasado y por lo que en este momento es, así,
sin pedir nada, pero con la alegría de que va al encuentro de su Padre.
El ánimo de un Guerrero no suena
tan descabellado en el mundo social ni para nadie, se necesita para salirse de
la vanidad.
La lucha, negación de sí mismo,
sacrificio, debe ser en cada instante, hay que matar el minuto, la hora, el
día, el mes, el año que pasa en esta guerra florida, la guerra contra sí mismo,
porque el ser debe de florecer y esto se logra con los méritos del corazón y
trabajo intenso, son la energía creadora.
El Guerrero debe ir al
conocimiento como a la guerra: temeroso, pero con determinación.
Nochtin ti welitih
Keh kuau ti patlanih
patlan tlaikpak
yawaloa in Zemanawak
ika tlawillik atlapaltin
Todos podemos
volar como
águilas,
volando sobre
la Tierra,
circulando el
Universo,
con alas de
blanca luz.
El sentimiento de muerte toma al Guerrero dulce y
bondadoso, para el, el fin es irremediable, todos los destinos son válidos,
nada nos diferencia del escarabajo, la muerte nos acecha a todos como una
sombra.
La dulzura y bondad espontánea de los hombres
llamados “primitivos”, es prueba de su superioridad sobre el hombre civilizado,
envuelto en mil cobardías.
Los actos de un Guerrero tienen un poder, sobretodo
cuando quien actúa saber que son la última batalla sobre la Tierra.
El hombre corriente puede ser comparado con un
viajero adormecido, que va sin apercibirse, de estación en estación, la
estación terminal es la muerte y él no habrá tenido placer ninguno en el viaje.
Algunos consideran las cosas como maldición y otros
como bendición; el Guerrero toma todo en la vida como un reto.
La vida del Guerrero es un reto perpetuo.
El Guerrero forja su paciencia, que es el arte de
perseguir su objetivo sin proyectar nada de antemano, viviendo con plenitud el
momento presente.
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