Forma y percepción visual

Cuando nos referimos a estos términos, estamos hablando de dos realidades distintas; por un lado, la apariencia externa de los objetos, es decir su “cuerpo”, por otro lado, el modelo mental que tenemos de ellos, o sea su “alma”.


Montserrat Gudiol


Estas dos realidades están unidas en una sola, como las dos caras de una moneda.

Entonces la forma material, la que percibimos físicamente y la forma conceptual, esa que le da significado a las cosas (alma), se manifiesta cuando comenzamos el proceso de percibir nuestro ambiente, nuestro entorno, todas las cosas.

Nuestros ojos son receptores de estímulos, y este proceso es activo, la mente, como protagonista de la percepción, recibe estos estímulos, analizándolos, acomodándolos, sintetizándolos y relacionándolos con modelos que adquirimos en experiencias anteriores, o modelos inculcados por nuestra sociedad.  

Es por eso que cuando queremos comunicar de manera visual, la forma es un papel sumamente importante para reconocer desde la estructura misma, ya sea contorno, volumen, silueta, etc. para que así el espectador pueda identificarla y asociarla con modelos y patrones mentales para inmediatamente darle un nombre: una casa, un árbol, etc.), de no lograr una correcta estructura, corremos el riesgo de que nuestra “forma” sea interpretada como una textura, una superficie o un espacio.

Entonces, podemos afirmar que la forma tiene límites.

Los psicólogos de la Gestalt definieron una ley que es básica para una correcta percepción visual:

“Todo esquema estimulador tiende a ser visto de manera tal que la estructura resultante sea tan sencilla como lo permitan las condiciones dadas”.

Se reitera esa famosísima frase del arquitecto alemán Mies Van Der Rohe: “menos es más” y que dio lugar a lo que hoy conocemos como minimalismo, pero también dictó la estética contemporánea, tanto en el Diseño como en la Arquitectura.

¿Qué determina la forma?

Nuestra forma se compone de límites (masa, volumen, línea) y de una estructura (la figura que crea la mente cuando la percibe e interpreta).

Representación de la forma a través de sus límites

-       Silueta. Que definirá sus límites espaciales, o sea su masa.

-       Líneas. Que definen rasgos morfológicos.

-       Volumen. Mediante el claroscuro.

Representación desde su estructura

-       Representación de un esquema mucho más simple y definitivo de la forma.

“El esqueleto resultante de la estructura más simple se puede obtener de una forma dada”.

Niveles perceptivos de la forma

Entonces los niveles perceptivos de la forma son:

-       Esqueleto estructural

-       Masa (silueta)

-       Límites lineales (contornos)

-       Volumen (claroscuro)

Esqueleto. No es resultado de un cálculo, éste se descubre de manera intuitiva y simple. Definido por muchas direcciones y con ángulos que construyen la forma. Cuando hablamos de la figura humana, son líneas de tensión, ejes, figuras geométricas muy simples, pero rara vez coinciden con contornos o esqueleto óseo.

Silueta. Definida por los límites que ocupa la masa de la forma en el espacio. La silueta no ofrece detalles, pero da a entender la esencia de la forma siempre y cuando se presente en una correcta posición.

Líneas. Excelente recurso gráfico para definir límites y morfología del objeto. Las líneas pueden dibujar los límites exteriores e interiores de la forma, es por eso que unos pocos contornos interiores bien trazados pueden explicar la forma como un conjunto.


Claroscuro. Sin luz no se logra una percepción visual, el modo de representar de manera más fiel una forma para ser percibida es el claroscuro, éste distribuye luces y sombras y define el volumen del cuerpo, aporta tridimensionalidad y presencia. 

Marbel Alonso

Editora.

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