El Arte de la Persuasión (parte 3)

En la parte 2 de El Arte de la Persuasión, vimos algunas de las técnicas para conseguir convencer, vimos como depende de los primeros cinco minutos son básicos para lograr una correcta comunicación, además de las tres palabras clave para lograr consenso, también, como siendo contundente y entusiasmando a los demás con tus ideas puedes lograr que se comprometan con ellas, vimos otras técnicas para convencer a los indecisos construyendo una red de apoyo, en esta tercera parte, continuaré enumerando algunas otras tácticas de persuasión.

Nunca digas nunca
A la hora de persuadir, evita las expresiones categóricas.

Para alcanzar persuadir es importante también evitar las expresiones categóricas la mayoría de las veces y no responder a las hipótesis; los absolutos son declaraciones terminantes que incluyen palabras como “todo, siempre, nunca”. Mientras que las hipótesis son del tipo “¿Qué pasaría si…?.

Al momento de hacer un discurso, por ejemplo, es muy importante tener cuidado con los absolutos, estos se vuelven sumamente tentadores porque pueden plantear compromisos no creíbles, con los que generamos desconfianza y nos pueden llevar al fracaso por no poderlos cumplir, y caer en la trampa de querer lucir más sólidos y consecuentes, sin darnos cuenta que es mucho más fácil serlo si no usamos los absolutos. Elimínalos de tu vocabulario a menos que hables del pasado, siempre es una buena estrategia hablar de los logros del pasado sin exagerarlos, porque estos se pueden verificar.

En lugar de usar palabras absolutas utiliza palabras más flexibles, respecto a las hipótesis es mejor a menudo no responder, es decir, no tiene sentido responder a cualquier situación improbable que se le pueda ocurrir a alguien, presenta tu idea o proyecto de la manera más convincente y sincera posible, esto a menudo significa no responder a preguntas hipotéticas.

Para librar este tipo de preguntas y que estropeen tu plan, lo mejor afrontarlas suavizándolas: “Nadie puede predecir el futuro, así que prefiero no plantearme situaciones hipotéticas”. Después podremos ejemplificar con una situación del pasado y unificarlo en un plan hacia el futuro. La fórmula es evitar responder a una hipótesis y dirigirnos a algo que sea verdad y que se pueda comprobar (si está en el pasado) o a algo razonable (si está en el futuro). El efecto que transmite es sinceridad y que hemos analizado la situación.

Usa el silencio
                      Usa el silencio como herramienta.

Los grandes comunicadores usan el silencio para persuadir. Las personas casi siempre responden a las preguntas en tres fases:

Primero contestan lo que se les ha preguntado.

Después explican con más detalles.

Si dejas que el silencio actúe.

La persona piensa que no has comprendido y se esfuerzan más por explicar su punto de vista de manera concisa.

En una presentación podremos encontrar algunas objeciones, para sortearlas con éxito, se puede utilizar la siguiente técnica:

Estudiar las posibles objeciones y pensar en una respuesta.

Escuchar las objeciones que se planteen.

Esperar unos segundos.

Ponderarla y replantearla (elogiarla).

Plantearla enfocada a tu idea.

Es así que se reconoce la perspectiva de la persona que no está de acuerdo, satisfaciendo su ego y se habrá eliminado la objeción.

El silencio es importante y muy útil en otras situaciones, si alguien está liderando un debate se le puede dejar acabar la frase, y utilizar el silencio, esto te ubica al mando; pero nunca interrumpas, no cortes a tu interlocutor, si lo haces parecerá que no nos importa lo que quieren decir o que simplemente no estamos escuchando y esto puede parecer ofensivo.
Cuando recibimos un ataque a nosotros o a nuestra idea, lo mejor es guardar silencio un momento antes de responder. El silencio siempre parece mucho más largo para quien está hablando, de modo que esta persona será consciente de que está siendo violenta, hasta que comiences a hablar y exponer tu punto de vista.

El contacto físico
El contacto físico es muy importante en el proceso de la persuasión.

El contacto que puede iniciar desde un apretón de manos, puede ser una herramienta muy valiosa para persuadir. Cuando tocamos a la otra persona debemos sentirnos cómodos, y debe ser un contacto socialmente aceptado. Estudios demuestran que el contacto humano disminuye la ansiedad, ralentiza los latidos del corazón y disminuye la presión sanguínea de las personas.

Tocar la mano, antebrazo, hombro o parte superior de la espalda, puede provocar reacciones e indicar posición. Cuando hablas cara a cara, por ejemplo, tocar el brazo o la mano de otra persona puede hacer que de inmediato ésta deje de hablar. Sutilmente se puede hacer para que alguien que esté hablando demasiado deje de hablar, o para tomar nuestro turno al exponer nuestro punto de vista a la hora de exponer nuestro argumento.
Cuando la persona comienza el contacto está reafirmando su posición de poder. Si hablamos con un superior, al que no se quiere cuestionar, lo mejor es no tocarle, aparte del apretón de manos inicial. Si somos nosotros los que ocupamos esa posición podemos utilizar el contacto para establecer un vínculo: una leve palmada en la espalda o en el hombro es suficiente. No es necesario tocar demasiado a otra persona para hacerle entender que tenemos una actitud abierta o amistosa. Un ligero contacto en el brazo mientras exponemos nuestro punto de vista resulta suficiente.

Comunícate efectivamente

En lugar de pronunciar un NO, cambia la palabra por un intentémoslo, o encamina la conversación hacia un objetivo sugiriendo formas alternativas de conseguirlo, como un proceso que te lleve a persuadir, reformula tu mensaje de manera positiva.

Gran parte de la persuasión, depende en cómo se traten los hechos, porque nuestra percepción crea la realidad. Es por eso que es básico comprender cómo exponer los hechos de manera que respalden nuestra posición. Las buenas noticias se deben dar lentamente, porque su efecto acumulativo es mucho más poderoso. En cambio, las malas noticias se informan de golpe, esto elimina la incertidumbre y posibilita el poder para tomar decisiones y buscar vías para superarlas.

No siempre persuadir significa que se debe incitar a los demás a que hagan algo. Algunas veces es necesario convencerlas para que no hagan algo que consideremos una mala idea. El método más efectivo es estar de acuerdo con el concepto general y después poner en duda los detalles.

Una de las estrategias de persuasión es unificar a las personas alrededor de un objetivo, para eso logramos que alguien se concentre en el objetivo, esa es la misión principal y todos están de acuerdo y que no se fije en el proceso.

Cuando queremos persuadir a alguien de no hacer algo, debemos mostrarnos de acuerdo con la meta, pero después centrarnos en los defectos del proceso, destacando como los detalles concretos no van a ayudar a alcanzar la meta general y terminar planteando una alternativa legítima.

Con esto demostramos que no nos oponemos al objetivo e intentamos no utilizar frases negativas cuando argumentemos en contra.

Cuando presentas un plan, siempre existe alguien que expresará sus dudas. En lugar de ponernos a la defensiva, acepta la propuesta de la otra persona, invitándola a que exprese sus dudas y aclararlas, invitándola a ser el papel del abogado del diablo, o sea, anticipar los problemas, viendo con un enfoque crítico tus propias debilidades”, con esta estrategia encontraras los puntos débiles de tu proyecto, cuando integras, consigues que todos estén del mismo lado.

Es importante conocer los puntos fuertes y débiles de una estrategia, así como sus puntos fuertes, cuando debates, demuestras que eres una persona abierta y los indecisos seguramente se pondrán de tu parte.

La sutileza no son una buena opción cuando necesitamos manifestar asuntos incomodos, lo mejor es ser directo, aunque también es bueno usar algunas palabras discretamente, ejemplo de esto es suponer “Ten en cuenta que …”, ó “si ocurriera esto…”, utilizando una estrategia y hablando con sinceridad, hacemos saber a los demás cuales son exactamente nuestras preocupaciones. Cuando usas la estrategia de anticiparte a los posibles errores o debilidades de tu propio proyecto, viéndolo desde un enfoque crítico sirve para demostrar que cualquier desacuerdo que se tenga servirá para resolver problemas encontrando una estrategia más sólida para resolver, dichos puntos.

Mantén siempre una actitud positiva para entenderte mejor y para que los demás puedan sentirse cómodos y seguros.

No cambies, adáptate

Los acontecimientos pueden obligarnos a cambiar nuestra posición en un asunto importante. En este punto es necesario de transmitir a nuestros interlocutores la necesidad de que tiene una idea para evolucionar y que son necesarios para el cambio. La estrategia consiste en que el grupo sienta como suyo el mensaje y que acepte responsabilidades personales respecto a lo que no ha funcionado en la estrategia original. Es necesario compartir los méritos y asumir la culpa; deja el ego a un lado y asegúrate de que el ego de los demás está tranquilo y a salvo.

Sé tu propio experto

Reflexiona de tus éxitos y fracasos conviértelos en los indicadores que te mostraran que está funcionando, y que no.




Por último, sigue estos tips para lograr comportarte de manera más persuasiva.

Apréndete el mensaje. Tu historia sintetizada, fácil de entender

Relájate y respira

No te muevas tanto, no muestres ansiedad.

No agarres las manos, no envíes mensajes corporales incongruentes.

No supongas o des por hecho que los demás entienden tu profesión o lo que quieres explicarles, dirígete a los demás explica todo de manera que te puedan comprender.

Deja terminar la pregunta antes de comenzar a responderla.

Cuando respondas mira a los ojos a la persona que ha preguntado.

Si no entiendes una pregunta, pide que te la aclaren. Es mejor parecer ignorante y aprender rápido que dar a entender que se sabe algo que realmente ignoras.

Si debes pensar en una pregunta, dirige la mirada hacia abajo, porque así comunicas reflexión, cuando miras para arriba indica que estamos perdidos.

Puedes usar el silencio durante una presentación, podrá confundirle un poco, pero los que escuchan toman la pausa como una actitud reflexiva.

El silencio es mejor que “ajá”, “ehh..”.

En reuniones con una persona termínalas con un contacto físico, apretón de manos o una palmada en la espalda o abrazo, esto une y da confianza. 

Marbel Alonso

Editora.

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