No
podemos entrar en un mercado sin antes conocer el tipo de público al que iremos
dirigidos, ya sea nuestra empresa o producto… Entonces no sería necesario
estudiar ¿cómo actúa un consumista?
La
publicidad queda en medio de este triángulo amoroso entre consumidor y
producto, entonces sería muy fácil pensar que una excelente publicidad acercará
nuestro mercado… No es tan sencillo.
El consumidor elige lo
que quiere ver
Volvemos
a la era digital y lo que el público quiere ver, actualmente podemos saltarnos
anuncios que no queremos ver, esa es una de las cosas que hace el consumidor,
el llamado “zapping”. No sólo digitalmente, en una revista por ejemplo el
lector salta anuncios de manera instintiva; entonces ¿Qué hacer?, estudios
recientes sugieren que están en juego dos factores para que el consumidor
seleccione una publicidad efectiva: sus necesidades en el momento y nuestra
capacidad creativa para llamar su atención.
Estudios también sugieren
que de mil anuncios diarios que ve el consumidor, sólo llega a recordar tres.
El consumidor busca
confianza
Vamos
a hablar de información, a fin de cuentas, es un poco de lo que la publicidad
es, y existen muchos tipos de información; puede transportarnos a una gama desde
lo más simple, mostrar las características de nuestro producto o llevarnos a
una experiencia que actúa como guía personalizada para demostrarnos que
ventajas tendrá nuestro producto sobre el consumidos y porque es diferente de
otros productos similares. Cuanto más se
conoce al consumidor y se comprenden sus necesidades, más cercana y accesible
debe ser la información para él. Del lado del entretenimiento, éste, puede
atraer al público y conseguir que éste disfrute mirando un anuncio. Has notado
cuantos anuncios son tan atractivos que olvidan de explicar para qué sirve el
producto.
La
confianza llega entonces como una suma de todas las confianzas parciales que se
van concediendo a los productos; si alguien compra tu producto significa que
confió en él, está prestándonos su confianza por lo tanto no hay que
defraudarla.
El consumidor no es
fiel a una sola marca.
En
estos tiempos la fidelidad es una utopía, en la actualidad, el
mercado es un interminable comparar y comprobar que es mejor y que cubre más
mis necesidades como consumidor; por lo tanto, el primer objetivo que debe
cumplir la publicidad, es conseguir que nuestra marca se presente como la marca
más prestigiada de entre todas las marcas, para poder introducirse en el
mercado, las nuevas marcas no deben rayar en la modestia, pero tienen que
ascender escalón tras escalón.
El consumidor no busca
riesgos
Cuanto
mayor es una compra arriesgada, el consumidor acude a muchas fuentes de
información para comprar seguro, una de estas fuentes es la publicidad. Un
argumento que nos ayuda a conseguir fidelidad es su costumbre, un bombardeo de novedad elimina la rutina pero sólo en
determinadas compras se impone la elección práctica y segura, evitando así
riesgos.
Quien gasta más en publicidad
también vende más
En
un estudio de 73 anuncios proyectados en el mismo periodo de tiempo y en horas
de máxima audiencia. Las preferencias de los consumidores se clasificaron en
tres grupos:
- Los
entusiastas de un anuncio.
- Aquellos
a los que les gustó y lo consideran normal.
- Los
que estaban en contra del anuncio. (3%)
Conclusión:
El
anuncio que gusta más es el que más vende.
Entonces
la publicidad más atractiva tiene una consecuencia más persuasiva. Esto nos
lleva a las siguientes conclusiones:
1.-
Un anuncio que sea más bonito, gusta más y es más visto, eso garantiza la
difusión de un mensaje.
2.-
Crear personalidad a la marca ayuda a que el anuncio guste.
3.-
Si tu anuncio gusta, éste será más recordado por el espectador.
4.-
Si el anuncio gusta, la marca será percibida con afecto y confianza por el
consumidor.
5.-
Si el anuncio le gusta al consumidor crea en él una actitud de agradecimiento y
se crea una identificación con la marca.
¡Hasta
la próxima!
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